“El que busca encuentra”, así dice el dicho, y esto se cumple aunque las búsquedas no siempre sean en los lugares o condiciones más acomodadas a la situación y aunque muchas veces los resultados y respuestas obtenidas sean aleatorias en su formación y forma.
En el anuario de la federación de criadores de caballos chilenos de 1966, en la página 42, se detalla una historia llena de misterio, especulación, encuentro y galardón.
Se titula “Se van las victorias”, haciendo referencia a un caballo de tiro y de cómo este fue descubierto e incorporado a su disciplina final donde finalmente pasaría a ser forma y parte de nuestro caballo chileno.
Me refiero al famoso potro y jefe de línea “No Me Toques” este gran hijo del Quicio en la Quiromancia, descendiente de Madrigal, Azahar, Curanto, Bureo, Africano, Fullero y Alicanto, por nombrar algunos.
Su historia y presencia da para tanto que incluso se podría pasar un día entero conversando sobre su sangre y descendientes.
En el extracto mencionado se resalta que fue un regalo de Miguel Letelier a Humberto González, aunque en los registros aparece criollo por el señor González, en fin. Luego se menciona que quien lo descubrió fue Armando García sacándolo de las labores de tiro en las que se desempeñaba para destinarlo a labores de corrales con ganado, donde mostró gran desempeño tanto así que el gran criador don Alberto Araya pone sus ojos sobre él y comienza su reproducción con gran ahínco en La Invernada, Los Torunos y Santa Isabel, por nombrar algunos entre tanto otros.
El verdadero fin de querer hablar de este potro es mostrar como quizás entremedio del carbón siempre puede haber un diamante a puertas de aflorar, en este caso la genética estaba más que presente y se esperaba que se demostrara su calidad de caballar deportivo de rodeo.
Cuantas veces muchos caballos no se esperan con la paciencia suficiente o no son del gusto preciso de una persona o no alcanza a brillar en algunas manos.
Cuantos caballos han perdido la posibilidad por no estar en el lugar indicado, ya sea de la índole que quieran detallar.
Es preciso ver que en distintos casos los mismos animales nos van dado pautas indicativas sobre sus aptitudes y defectos, no quiero decir que el potro No Me Toques fue un mal caballo de carretón, quizás su desempeño era mas que correcto, pero quien diría que seria un gran caballo de corral y tremendo reproductor al verlo en su faena de tiro. En este caso se dio la casualidad, se tapo el sol con un dedo y se puso los puntos sobre las i.
Estas historias son parte de nuestra raza caballar y del deporte mismo que tanto nos gusta.
Y en ese sentido quisiera quizás enfocar mi siguiente punto. En cuantas otras actividades esta nuestro caballo, abierto y en condiciones de poder participar, cada vez sabemos un poco mas sobre el aumento de distractores que tiene el rodeo chileno, y queremos que sepan que acá existe una disciplina que es patrimonial e histórica nuestra, donde la destreza de jinete y caballos son valoradas en su actuar.
Pero ahora mas bien y volviendo, que otro deporte podría esperar a nuestro caballo y que aun no sabemos que estamos a posibilidad de descubrir o no solo deporte, alguna actividad en especifico.
Con mucho orgullo desempeñamos lo que hemos aprendido y lo que la carga genética y selección de criadores se ha buscado por tanto tiempo para nuestro nicho deportivo.
Seremos capaces de involucrar esto a nuevos horizontes, ya algunas pruebas de han estado haciendo en el tema de Reining, con gran chance.
Quizás optar Cowhorse, Cutting, adiestramiento, salto, enganche, por nombrar algunas.
¿Estamos preparados para saber si el día de mañana nos inviten a probar nuevas disciplinas que estén fuera de nuestro diario vivir?
No es tener temor o querer dejar de lado nuestro propio deporte, es solo ver si podemos participar en algo distinto. Las incertidumbres deben ser vistas con cautela, pero sin miedo.
Al volver a nuestra idiosincrasia deportiva, cultural y genética de nuestros caballos, sabemos que hemos creado y se seguirá dando un equino de una habilidad, fuerza, destreza y morfología que nos ha acompañado desde los inicio de la patria, y que fueron con cambios desarrollando lo que nos acomodaba en base a la realidad de nuestro país, con eso quiero decir que al igual que este potro que fue descubierto al igual sabemos que el material existe para demostrar que en las distintas pruebas que se pongan ya sea un coche, o en una exposición, se seguirá llevando con fuerza y alturas de miras, el caballo chileno.
Para mi la mayor victoria del No Me Toques, no fue la que tiraba con su pechera, es mas fue la “Victoria” donde le gano la vuelta al destino y termino siendo un grande la raza caballar chilena.