Esta costumbre de andar a caballo solo los príncipes, duro hasta los persianos, que teniendo experiencia cierta de los trabajos de la guerra, y que a los hombres ricos y principales era enojoso pelear a pie, y que era causa, de que las más veces se perdiesen las batallas, dieron libertad y licencia, para que todos pudiesen tener caballos, con tal que sirviesen con ellos en la guerra: que según Heródoto, hubo ejercito de ochenta mil caballos. Y como las gentes de aquel siglo vieron tantos hombres a caballo, y que con su ayuda hacia hazañas memorables, los llamaron caballero, como si dijeran los que andan en los caballos, y de tal manera se aventajaron con su ayuda en los ejercicios de guerra que por sus hechos vinieron a ser más estimados y respetados que los de a pie y más privilegiados y remunerados de sus reyes que los demás soldados, lo cual duro hasta el tiempo de los romanos, que como Plutarco refiere tenían por costumbre que después que los soldados habían servido en la guerra el tiempo señalado por sus leyes, venían a Roma a recibir la gloria y provecho de sus servicios: y para ello se presentaran delante de los censores, y trayendo su caballo de diestro por la placa de Roma, como a testigo y compañero de sus trabajos, hacían probanza de sus servicios y de las jornadas que se habían hallado, y los capitanes debajo de cuya mano y bandera habían militado, y conforme a sus méritos eran remunerados y armados caballeros, y la misma costumbre se ha guardado entre los portugueses, llamando caballeros a los hombres de a caballo que sirven en las fronteras de África, en premio de lo cual es ordinario a su rey honrarlos con hábitos y enriquecerlos con encomiendas como lo hacía el gran Teseo duque de Atenas y ahora lo hacen casi todos los reyes y potentados del mundo, con aquellas antiguas ceremonias de ceñirles la espada, y calzarles las espuelas para darles a entender que la caballería se gana con la fortaleza de la espada y la ayuda de los caballos que no es menos importante.
En lo cual sin duda nos muestra que esta dignidad de caballería, principalmente comenzó y tuvo su origen en la disciplina militar bien ejercitada, porque no denotaba otra cosa el nombre de caballero, que soldado de a caballo, verdad es que los caballeros no se llamaron así siempre, porque tuvieron otros diferentes nombres conformes a los hechos y victorias que por sus personas ganaron, como fueron los trescientos soldados que Rómulo escogió de los tres tribus romanas, aquellos céleres por su presteza o por haber dado la bandera de ellos a Celer que mato a Remo.Y demás estos nobles tuvieron otros, como fue cuando habiendo la caballería romana ganado sin ayuda de la infantería la ciudad de *Trosilo en Toscana, llamaron a los caballeros Trosilos como lo requiere Plinio: pero ellos acordándose del origen de su nobleza se avergonzaban y corrían de que los llamaran así.
Hasta que finalmente se tornó a introducir el nombre del mismo caballo, y del el de caballero, que como procedido de Nobilísimo principio ha sido siempre, y será amado y codiciado de todos. Y así Plutarco refiere, que el valeroso Pompeyo tan celebrado, y estimado de sus romanos, quiso teniendo la dignidad y oficio de cónsul, tener también la de caballero ganada por el valor de sus mismas virtudes. Y habiendo guardado la ley con la observancia de los demás, presentó su caballo delante de los Censores: que cuando con el rigor del estatuto le preguntaron si había cumplido con todo lo que debía al oficio militar que había profesado. A lo cual respondió que había respondido debajo de su mismo gobierno. Con cuya respuesta quiso mostrar, que de tal manera que había ejercitado su oficio de capitán que nunca dejo de servir, y pelear como valiente soldado. Y porque los merecimientos de caballería los adquirieron y ganaron los hombres en los trabajos de la guerra peleando valerosamente, y haciendo hechos dignos de premio y honor: y ellos por su autoridad no podían premiarles de sus trabajos, ni les era licito armarse caballeros: no tenía jurisdicción para ello, porque era tiranía tomarse de su mano la dignidad. El senado Romano, que la tenía por remuneración de lo servido, y por animar a los demás a que hiciesen lo mismo en servicio de la patria, les concedió muchas inmunidades y prerrogativas con que los nobles se conocieron, y diferenciaron de los que no eran: y demás de esto les dieron algunas insignias por las cuales fueses estimados y respetados.
Y la primera era darles un caballo y una sortija de hierro, el caballo porque con su ayuda se ganaba la nobleza, de que en aquel día le daban profesión, y el anillo o sortija por memoria y agradecimiento del honor que recibían de manos del senado. Aunque después se vino a usar el anillo de oro, trayéndole generalmente senadores y caballeros, diferenciándose en el vestido purpura que era solo de senadores.
Esto se vio hasta que el senado comenzó a dar a los capitanes victoriosos otras joyas concediéndoles a ellos y a sus hijos y descendientes muchas excepciones como era que pudieran traer estolas y otros ornamentos ricos y preciosos que a los populares era prohibido.
*No logro encontrar la denominación señalada, sin embargo la descripción parece ser de los tiempos de Plinio el viejo, escritor, científico, naturalista y militar latino perteneciente a la clase social de los caballeros romanos o eques por el año 79 DC.
Continuación del articulo anterior, y continua la próxima semana
La Gineta: Porque causas se dijo caballo, y como se tomó el nombre de caballero.