Para aclarar conceptos creo del caso dejar esclarecido el distingo tradicional que se ha hecho entre las denominaciones de “frena” y “freno”.
El mecanismo de ambos es casi el mismo. Su diferencia sólo consiste en que el “freno” lleva una pieza en arco- que naciendo de los extremos de las palancas rodea la “trompa” o labio superior del caballo- denominada pontezuelo, de la que carece la “frena.
Nos referiremos pues, normalmente a las “frenas” en sus distintas variedades: la de “dos tiros” (palanca vertical) y muy especialmente a la de “pata choca” de barbada de tope (de un tiro y palanca horizontal), esta última la más recomendable por su mayor suavidad y probablemente la más usada.
Más adelante se explicaran los diferentes sistemas de barbadas (de “tope” y “pasada”) y se darán las razones acerca de la inconveniencia que creo ver en el uso del freno (pontezuelo).
La inmensa mayoría, por no decir la totalidad, de las frenas y frenos muestran defectos en su conformación bien notorios, a saber: Sus “bocados” son muy delgados y aún cuadrados en su configuración (de cantos apenas redondeados) y los “remaches” de sus “muesos” son demasiado angostos (Figura 4). Tales condiciones serán aceptables sólo para caballos muy “duros de boca”, no así para animales “blandos de hocico” y mucho menos para los que recién comienzan a “enfrenarse” o a trabajarse “enfrenados”.
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Frena Chilena. Pata choca de trabas
Además de las deficiencias indicadas viene a sumarse otra no menos grave sino mayor.
Como todos saben, aparte del desgaste producido por el uso mismo, los principios químicos que contiene la saliva del caballo atacan al fierro produciendo a muy corto plazo el ensanchamiento del “bocín” del remache del mueso, que es lo que permite que se “trague” la barbada. El freno entonces se ha “vencido” o “abocinado” (Fig. 4)
Un freno del sistema de “barbada de tope” en buenas condiciones (no vencido), ejerce tres presiones normales en la boca del caballo: Una sobre la lengua efectuada por el bocado, otra contra el paladar ejercido por el mueso y la tercera producida por la barbada contra la quijada (sobre la barbilla). En un freno “vencido” o del sistema de “barbada pasada” al tragarse la barbada se produce , además, una cuarta presión que se ejecuta en forma de tenaza por la barbada y el bocado que tratan de juntarse entre sí oprimiendo la lengua, encías y quijada , presión ésta que para muchos caballos, y en especial para los nuevos, resulta intolerable.
Basta sólo un bocado delgado para dañar la lengua y encías. Si se agrega además una presión como la que acabamos de indicar (tenaza), se podrán calcular las pésimas consecuencias para la boca del animal.
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Frena Chilena
Con el objeto de corregir estas deficiencias, los frenos deberán tener las siguientes características en sus diferentes piezas:
Bocado
Grueso y de forma completamente redonda en la cara posterior inferior, que es la que trabaja sobre la lengua y encías (Fig. 1). Media pulgada de grosor a lo menos, es una buena medida en esta pieza. La cara superior anterior, que prácticamente no trabaja, puede desbastársela para quitarle peso, cuidando de que su arista inferior, que tiene un leve contacto con las encías del maxilar superior, sea redondeada (Fig. 2). Forjado el bocado en estas condiciones viene a configurar su contorno algo así como una “mediacaña”, según puede apreciarse en las ilustraciones que se acompañan.
Mueso
Su “remache” debe ser ancho ( de 7/8” hasta 1”) a objeto que de que la presión que ejerce contra el paladar sea lo más suave posible, y como consecuencia, el caballo lo tome mejor y con mas facilidad. Una altura máxima total de 2 ½” es suficiente en esta pieza, medida desde la cara inferior del bocado hasta lo más alto del remache.
Patas
El brazo de giro en la palanca den las frenas “chocas” se llamará “pata”. En las “frenas de dos tiros” y en los “frenos” se denominará “codo” y su pieza agregada “tiro al codo”.
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Frena Chilena
Tanto en las frenas como en los frenos del sistema “barbada de tope”, la barbada descansa y se asienta en las “patas” o en los “tiros al codo” según el caso.
Como dejamos dicho, cuando los frenos están vencidos la barbada se pasa de uno de sus topes y se traga (Fig. 4). Para evitar esta falla se ha innovado prolongando las “patas” o los “tiros al codo” en unas especies de puntillas o “trabas” que vienen a obrar como fijadores o apoyo de la barbada (Fig. 1 y 3). Estas “trabas” deberán tener un largo de más o menos 3/4 “.
Por las ilustraciones que se acompañan podrá observarse que la barbada cae adentro de estas trabas y se asienta en unos descansos, de corte achaflanado que llevan la misma dirección ( Fig. 1 y 3). Estos descansos deberán estar situados a una distancia de 1” o 1,2” medidas desde la cara posterior del bocado hasta el borde superior del chaflán. Darles mayor distancia a los descansos significaría una posición muy alta de la barbada lo que impediría colocar el freno.
En cuanto a las argollas de los tiros, para que dentro de ellas quepan las “trabas” y permitan además el paso de los ojales de las riendas, deberán tener un diámetro interior de 1,2 “, o sea, serán argollas un poco más grandes que las corrientes.
Barbada
Deberá ser de conformación “aperada” (en forma de pera) sin exageración, que es la que mejor se ajusta a la boca de la bestia.
En los frenos chilenos la barbada se forja de dos sistemas o estilos bien definidos o distintos. Uno, el de “barbada de tope” en el cual dicha pieza se asienta y descansa en sobre los tiros al codo o las patas, según sea el caso. El otro sistema es el de “barbada pasada” en el cual, al revés de lo que sucede en el primero, esta pieza no descansa en sus asientos naturales, que son los tiros al codo o las patas , sino que se pasa adentro de ellos de manera que el asiento natural en este estilo viene a constituirlo la “barbilla” del caballo y en último término- trabajando a máxima tensión- el bocado del freno.
Como se comprenderá, y lo hemos explicado anteriormente, este último sistema resulta muy sujetador ya que se produce la presión de tenaza, que se busca, justamente, para caballos duros de boca.
Por otra parte, las barbadas de cualquiera de los dos estilos (pasadas o de tope) serán más suaves si tienen el agregado de los “coscojos”- que operan como rodamientos atenuantes de la presión- : o más sujetadoras si carecen de las indicadas coscojas. En este último caso las barbadas se llamarán de “conchilla”.
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Freno Chileno
Cadenillas
Es muy importante el uso de la cadenilla en los frenos y frenas. Su papel es bien preciso: fijar la correcta posición de la barbada de manera que esta no gire en redondo sobre sí misma.
Hemos dicho que la forma “aperada” es la más conveniente para la barbada lo que significa que sus diámetros interiores y exteriores son distintos. Por lo tanto al girar la barbada y cambiar de posición –por ausencia o excesiva longitud- de las cadenillas las presiones que ejercerá sobre el maxilar inferior (quijada) serán también distintas y en consecuencia disparejas. Además, convendrá sin duda impedir la excesiva movilidad y desplazamientos innecesarios de la barbada en beneficio de la boca del caballo y de la mejor conservación del “bocín” de los frenos, todo lo cual se consigue, en gran parte, con el uso de cadenillas de largo adecuado. Cadenillas demasiado largas y sueltas no solo no realizan sus funciones específicas sino que constituirán un hecho de estorbo.
Para las frenas de pata choca, diez eslabones por lado –contando también el que amarra a las “peras”-, es un largo conveniente de cada cadenilla.
Por consiguiente, las cadenillas deberán tener veintiún eslabones incluido el “eslabón mancornera” que las une en el centro.
En algunos frenos las cadenillas están remplazadas por la modalidad consistente en dos anillos o topes soldados en la barbada y colocados a ambos lados del remache del mueso. Este sistema da un resultado solo relativo pues los anillos se desgastarán por el roce inevitable con el remache del mueso, produciéndose, como es lógico, aristas filudas inconvenientes para la boca de la bestia.
Pontezuelo
En la modesta opinión del que esto escribe, la pieza denominada “pontezuelo”- que en la técnica huasa caracteriza a lo que entendemos por “freno”- constituye un agregado totalmente perjudicial. De hecho su uso está cada día más abandonado por los corredores en vaca. Se pretende justificarlo como un protector del hocico y dentadura de la bestia. Estimo que mejor protegida esta esta zona mediante sus labios carnosos y blandos que con la extrema dureza de un trozo de hierro.
La verdad es que todo golpe recibido en esta pieza exterior del freno se transmite- a través del bocado del mueso- directamente a la lengua, encías y paladar del caballo, que es lo que sin duda alguna más se debe cuidar.
Su uso podrá limitarse a animales muy indóciles y duros y en lo posible a trabajos y ejercicios fuera de la “medialuna”.